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Todo comenzó como una afición infantil; La cartulina, un material modesto, sirve al madrileño Fernando Gómez (Madrid, 1968), más conocido por Jack Mircala, para modelar escenas y esculturas que una vez fotografiadas ilustran sus propios cuentos y versos.
Hay en todas sus ilustraciones un aire gótico que contrasta con los colores tan vivos que utiliza, referencias continuas a Poe y a su universo que se plasma en cada una de sus obras, demostrando un gran virtuosismo técnico y plástico, y una refinada sensibilidad creativa.
Hay en todas sus ilustraciones un aire gótico que contrasta con los colores tan vivos que utiliza, referencias continuas a Poe y a su universo que se plasma en cada una de sus obras, demostrando un gran virtuosismo técnico y plástico, y una refinada sensibilidad creativa.
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