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René François Ghislain Magritte, (1898 - 1967). Vivió una infancia itinerante, debido a los diversos traslados de su familia a regiones del territorio belga. Hijo de un sastre y una modista, su madre se suicidó en 1912 arrojándose al río, hecho que se ve reflejado en algunas de sus obras hasta, incluso fines de los años 20. En Los Amantes (1928), las figuras aparecen con las cabezas cubiertas de tela, rememorando la imagen de su madre, rescatada del agua con su camisa tapándole la cara.
René, comienza a tener contacto con el mundo de la pintura, al emprender su formación en La Academia de Bellas Artes de Bruselas, en 1916. Tomando como referencia en sus comienzos a impresionistas y futuristas italianos; a principios de los años veinte, se gana la vida pintando series de dibujos publicitarios, y por entonces comienza a relacionarse con surrealistas belgas, como Lecomte, Goemans o Mesens. Renunciando desde entonces a representar los objetos y la realidad, desde un prisma tradicional.
Presenta en 1927, su primera exposición, de manera individual en Bruselas. Más tarde, se muda junto a su esposa y musa, Georgette Berger,a París y en 1928 coincide en una exposición surrealista parisina, junto con sus colegas Dalí, Miró o Ernst. Grupo con el que mantuvo una relación perpetua y próxima, aunque mostrándose en todo momento fiel a su estilo pictórico.
Regresa a Bruselas, donde pasa a colaborar de forma esporádica con los surrealistas, realizando encargos selectos, y recorre el mundo participando en distintas exposiciones. La II Guerra Mundial, supone un punto de inflexión en su carrera, con un viraje en su estilo que lo mantendrá hasta los años cincuenta, realizando desnudos femeninos similares a la última etapa de Renoir, o terminando cuadros a grandes brochazos.
Comenzada la segunda mitad del siglo, se dedica a concluir trabajos de murales y decoraciones, colaborar en revistas, o presentar un cortometraje en 1957. En su etapa final se repitieron las exposiciones retrospectivas de su carrera por todo el mundo, desde la del MOMA de N. York en 1965, a la de Estocolmo en 1967, así como numerosos estudios sobre su vida y obra. Fallecido a causa del cáncer de páncreas que padecía, su manera de tratar los objetos más comunes y cotidianos, dejaron como legado un arte calificado como realismo mágico.
Visto en www.losplatoscomoojos.com
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