.
.
Todos recordamos aquella tarde en el Congreso en la que, harto de improperios, interrupciones, insultos y mala leche de sus señorías, miró a la bancada de su derecha y les espetó lo que tantos estaban deseando oír: "¡Váyanse a la mierda, joder!".
A finales de 2007, al terminar la legislatura, el aragonés se despidió de los periodistas, que le dieron el premio al mejor orador de aquel año cantando el final de una jota que decía: "...aquí se quedan los guapos/ y nos marchamos los buenos". Letra que para hoy sería su mejor epitafio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario